¿El sexo no se lleva bien con la ciencia?

Publicado: 20 noviembre 2009 en Ciencia

Tenemos la idea de que el genio, consagrado a su trabajo y a sus objetivos profesionales, siempre en una nube, apenas tiene tiempo para los placeres mundanos, incluyendo los carnales.

Todos conocemos artistas que, por el hecho de serlo, son tocados por un sexappeal que resulta irresistible para muchas mujeres. Sin embargo, en el campo de las ciencias, la bata blanca y el aire geek no parecen ser tan sexualmente atractivos. O quizá son los propios científicos, tan objetivos y analíticos ellos, los que no le encuentran la gracia a un acto tan desordenado y poco higiénico como el coito.

Ello ha contribuido, quizá, a que muchos científicos, además de ser considerados mad doctors como los que aparecen en las películas, también se hayan convertido en criaturas asociales, insulares, con cierto reparo a la hora de entregarse al sexo. ¿Sexo y creatividad científica están reñidos?

Entre muchos de los casos recogidos, quizá los más radicales sean los 3 siguientes:

Nikola Tesla (1856-1943), ingeniero electrotécnico e inventor de origen croata, murió virgen a la edad de 87 años. Ante el gesto de una joven enamorada para besarle, Tesla reculó aterrorizado.

Isaac Newton (1642-1727), además de ser el padre de la gravitación universal, no mantuvo ninguna relación amorosa hasta la mediana edad. Algunos historiadores, además, conjeturan que nunca consumó ninguna de sus relaciones. De ser así, murió célibe a los 85 años.

Paul Erdos (1913-1996), el matemático húngaro que dedicó toda su vida a los números, llegó a publicar 1.475 trabajos académicos. Sin embargo, llegó a confesar que no tenía tiempo para abandonarse a los placeres de la carne, así que murió virgen a los 83 años.

A todos ellos les debemos grandes avances en el pensamiento científico, tal vez gracias a su entrega casi monástica a su trabajo. Y quizá sea cierto aquello de que el trabajo apasionado es mejor que el sexo. Eso espero por su bien.

comentarios
  1. geklodia dice:

    Bueno, no necesariamente es que la ciencia los haya apasionado tanto… un ratito para el sexo siempre se encuentra, y pensar en algo, sea una novela a mitad o en cómo solucionar el ruido en la transmisión de datos, sobre todo si se hace intensamente, todas las horas de sueño y vigilia de todos los días del año sería agotador.

    Un broker, por ejemplo, tal vez tenga toda su agenda repleta, pero también encontrará un huequecito para los placeres. Y hay muchos científicos históricos que han dejado tras de sí una familia numerosa.

    Propongo darle la vuelta a la causa y el efecto: por sus motivos personales reaccionaron negativamente ante el sexo (o ante las mujeres) y sublimaron toda su energía mental en hacer algo bueno.

    En primer lugar, eran individuos con mucha inteligencia (otros neuróticos no tan inteligente tal vez sublimen haciendo cosas mucho más insulsas).

    En segundo lugar, dedicaron esas energías a crear algo positivo, desde el punto de vista social, es decir, algo que favoreció al resto. Si en cambio toda la energía (mental, sexual) reprimida se hubiera dedicado a otras actividades (hacer castillos de naipes, volver siempre por el mismo lado de la mesa para no entrar en un mundo paralelo, estrangular ancianitas o encender y apagar seis veces el interruptor antes de irse a dormir), simplemente habrían existido igual, sólo que habrían muerto siendo unos desconocidos.
    Un saludo =)

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