Ha llegado el nuevo año y es hora de echar un vistazo a nuestra biografía lectora. En mi caso, este repaso tiene algo de especial. Por un parte, porque llevo años jugando a completar cincuenta reseñas anuales, así que hay mucho material para elegir (este año parece que he alcanzado las cincuenta reseñas un poco in extremis, pero he llegado).
La otra razón es que mayormente leo para quitarme de encima la cara de cenutrio con la que vine al mundo, así que este año, como ocure últimanente, apenas he leído ficción: la mayor parte de mis lecturas, tanto profesionales como de evasión, tienen que ver con diferentes formas de retirar las sombras de un mundo sumido aún en las tinieblas.
Además, la mayor parte de los libros de ensayo que leo son de ciencia en todas sus manifiestaciones, a mi juicio la luz mejor modulada y potente para iluminar los recovecos más minúsculos. Con todo, en la ficción también hay hallazgos que acaso completan tu universo emocional y te permiten reflexionar mejor sobre tus avatares diarios. De modo que en la lista de mis cinco lecturas también he incluido una novela.
1. ‘Excedente cognitivo’ de Clay Shirky
Con el advenimiento de Internet, la gente empezó a desplazar parte de las horas que consumía televisión en consumir contenidos de la Red. Sin embargo, Internet no es unidireccional: permite que los contenidos se comenten, se puntúen, se discutan en foros. Es decir, permite que la gente se relacione, como siempre lo ha hecho, pero de una forma más global y poderosa. Y lo más importante: favorece que la gente cree nuevos contenidos para que los demás los juzguen o los complementen, sin importarles sin ganarán dinero con ello (después de todo, el crétido, la admiración o la reputación pueden ser tan poderosas como el dinero).
El ejemplo paradigmático de esta nueva generación de personas que empiezan a dedicar más tiempo a Youtube y menos a la televisión es Wikipedia. Una enciclopedia colaborativa, gratuita, que no paga a sus colaboradores, que se ha convertido en una dura competidora de la Enciclopedia Británica. Lo más apasionante es que para redactar Wikipedia se usó sólo el 1 % de las horas que los telespectadores estadounidenses pasan viendo la televisión en un año. Es decir: con el tiempo que los telespectadores estadounidenses pasan ante el televisor durante un año podrían concebirse miles de Wikipedias, o equivalentes.
2. ‘Absolución’ de Luis Landero
Mi única novela de la lista, pero es que Luis Landero es mi escritor favorito. Landero arma toda una serie de píldoras biográficas, batallitas aviñetadas, ligeramente hilvandas, pero casi siempre caprichosas, que son la excusa para que Landero se luzca en lo que mejor saber hacer: radiografiar el alma humana hasta un grado de minuciosidad que jamás alcanzará un microscopio electrónico de barrido; y, sobre todo, enseñarnos a mirar lo más cotidiano con los ojos del que contempla un prodigio marciano.Para entenderlo tendréis que zambulliros a plomo en la prosa mágica de Landero, probablemente el mejor escritor español contemporáneo.
3. ‘Futuro perfecto’ de Steven Johnson
El futuro que se nos avecina dista de ser perfecto. Sin embargo, cada vez hay menos muertes violentas, menos accidentes, menos intoxicaciones alimentarias, mayor esperanza de vida, mayores oportunidad de conectar entre nosotros, desafíos tecnológicos menos inalcanzables, más empatía y tolerancia, más igualdad de derechos, democracia más dinámica y participativa, menos olores nauseabundos, comida de mejor calidad, aire más saludable, un incremento sostenido del Coeficiente Intelectual en todos los países donde se han instalado los mass media…
4. ‘La importancia del tenedor’ de Bee Wilson
Afirmar que La importancia del tenedor trata sobre gastronomía o acerca de la historia de los objetos que alberga nuestra cocina es quedarse tremendamente corto. Tan corto como un armstrong. Porque Wilson aborda dichos temas, naturalmente, pero también aborda la antropología, la sociología, la psicología, la historia, la ciencia y otras tantas disciplinas que se mezclan en una batidora de un modo que habría emocionado a otro Wilson, en este caso Edward, autor de Consilience: la unidad del conocimiento.
5. ‘Big data: la revolución de los datos masivos’, de Viktor Mayer-Schönberger y Kenneth Cukier
Para empezar a preparar el terreno a lo que se nos avecina (imparable e inminente), es decir, empezar a asimilar las implicaciones sociales, culturales y tecnológicas de la minería de datos (como poner la correlación por encima de la causalidad), aquí llega este libro de la cada vez más sorprendente Editorial Turner: Big Data, escrito a cuatro manos por Viktor Mayer-Schönberger (profesor de regulación y gestión de Internet en el Internet Institut de la universidad de Oxford) y Kenneth Cukier (editor de datos de la revista The Economist).